A propósito de la propuesta oficial para la firma de un Acta (anticipada) de "Aceptación de los Resultados" con respecto a las elecciones parlamentarias del 6-D, les anexo texto de Memorándum que pasé a importante persona relacionada con la MUD, hace cuatro meses, el 26 de Junio del 2015. Les agradezco su lectura, el análisis de su contenido y sus comentarios. Atentamente, Rafael Grooscors Caballero.
MEMORANDUM
Asunto: Observaciones al sistema
electoral.
De: Rafael Grooscors Caballero
Fecha:
26 de Junio de 2015
Siempre es bueno tener en cuenta
que el actual sistema electoral, “super automatizado”, fue impuesto (es la
palabra correcta) a su conveniencia, por el régimen chavista, entre finales del
2003 y principios del 2004, para garantizarse suficientemente el pleno control
de los procesos electorales, con miras al inmediato Referéndum que se celebró
el 15 de Agosto del 2004. A tales efectos se creó la empresa SMARMATIC, la cual
adquirió el uso de la patente respectiva de la empresa italiana OLIVETTI,
productora de máquinas electrónicas originalmente utilizadas por las loterías
nacionales de Italia y Alemania, adaptadas para su empleo como procesadoras
electorales. SMARMATIC fue contratada por el CNE, en sustitución de la empresa
española INDRA (la cual había sido escogida según amplio y transparente proceso
licitatorio en 1998, por el CNE presidido por el Dr. Rafael Parra Pérez) sin
que para esta sustitución operara ningún acto de selección que lo justificara.
Al mismo tiempo, se “reorganizó”
el REP (Registro Electoral Permanente) evidentemente para “prepararlo” a fin de
que respondiera a los propósitos de la nueva causa gobernante, dejando como
muestra importante, según se desprende de los datos aportados por la propia
página del CNE, la señal de que entre septiembre del 2003 y mayo del 2004, se
habían inscrito DOS MILLONES
CUATROCIENTOS MIL nuevos electores, rompiendo todos los récords de registro
electoral dados en el mundo entero, a tenor de su relación con la población general
del país. (Para el momento, Venezuela contaba, según el INE, con 24 millones de
habitantes y el REP llegaba a un poco más de 12 millones de inscritos; es
decir, en nueve meses “aparecieron” para el Referéndum, un 10% de su población,
vale decir personas que para esa fecha habían ya cumplido la edad para participar
electoralmente o quienes hasta la misma se habían desentendido del compromiso
electoral y se sintieron “obligados” a hacerlo).
Adicionalmente, el TSJ sentenció
una interpretación “casuística” de la norma constitucional referida a los
“Referendos Revocatorios”, para
transformar el del Agosto del 2004, en un Plebiscito, a manera de anular la
posibilidad de que un solo voto más allá de la cantidad de los que habían sido
favorables a la elección del “revocable” cuatro años antes, haría que se
considerada revocado su mandato. SMARMATIC y el nuevo REP, lograron el
desconocimiento de la voluntad del pueblo: ¡Chávez “ganó” el Referendo!
Dentro de este mismo orden, con
igual intención, surgió la curiosa decisión de considerar “planas” (no
originales, ni confiables) las firmas de casi MEDIO MILLÓN de los solicitantes
del revocatorio, aduciendo razones superficiales, incontrastables. Es decir, el
organismo electoral oficial ignoró la opinión de un sector evidentemente
importante de la masa de votantes, revelando en tal acto su inclinación a
favorecer la “alternativa” de ratificar en su mandato al revocable, a la vez
que le daba mayor utilidad a la calificación plebiscitaria que formuló el TSJ
con respecto al referéndum.
Me parece que es necesario tomar en
cuenta todas estas cosas, a la hora de concebir estrategias electorales que
deberán resolverse en un espacio administrado por un CNE excesivamente
parcializado.
Ahora bien, antes que nada, debe
solicitarse, tal cual lo ordena la Constitución y las Leyes relativas a la
cuestión electoral, una nueva, pero lo más amplia posible, auditoría del
Registro Electoral. En los documentos anexos se llama la atención sobre el
hecho de que en un determinado período se estableció que mientras la población
general del país había crecido en un 14%, el REP, según el CNE, había superado
la cifra del 58% de crecimiento, algo evidentemente imposible de entender. Como
ratificando esta observación, en sus palabras extraídas de su última rueda de
prensa, en la cual anunció la fecha de las elecciones parlamentarias, la
Presidente del CNE (Tibisay Lucena) “reveló”, como para demostrar el respeto y
la acogida que la opinión venezolana tiene de su instancia electoral, que de los
meses de febrero a mayo (cuatro meses) “ya” se había inscrito una cantidad
mayor a los 500.000 nuevos votantes, lo que hace suponer que para el próximo
diciembre, la cifra de electores estaría próxima a los 22 Millones de venezolanos,
o sea que el 73% de nosotros estaría “disponible” para participar en el
proceso. ¿Hay alguna Nación en el mundo que pueda mostrar estadísticas
similares? Por lo menos hasta el 2000, la relación entre población general e
inscritos para votar, se mantenía en un 50%. En ese sentido, nuestro REP
debería estar en torno a los 15 Millones de inscritos. La diferencia de cifras
es abismal. La auditoría es indispensable, al 100% de los inscritos, incluyendo
el dato relativo al domicilio del elector, el cual, por cierto, ha sido un dato
sistemáticamente preservado para sí, para el Consejo, aduciendo “su obligación”
de resguardar la privacidad de los votantes, a pesar, incluso, de que este dato
es de indispensable conocimiento para
quienes auditan, por cuanto corresponde al cabal señalamiento del lugar o de la
mesa donde le tocará ejercer su derecho al sufragio a cada uno de los electores.
Hay muchas cosas importantes que
deberían corregirse con respecto a la actual estructura de nuestro sistema
electoral, comenzando por la misma conformación de la directiva del tribunal,
los Rectores. Las modificaciones que se hicieron a la Ley en 1997, por parte
del Congreso Nacional de entonces, inclinadas a lograr un mayor nivel ético y
de transparencia en la conducta de las autoridades del Consejo Supremo, no han
logrado sino, en todo caso, instaurar un modelo mucho más perjudicial para la
expresión legítima de la soberanía popular. Más que “el acta-mata-votos”, la
manipulación posible del sistema “automatizado” (el touch-screen informático,
escogido y ofrecido por SMARMATIC) pero operado por quienes manejan el sistema,
ha hecho mucho menos confiables, respetables, los resultados del proceso. El
método semi-automático provisto por INDRA, la empresa que se seleccionó,
mediante licitación pública internacional, para 1998 (método que garantizó en
un 100% la victoria de Hugo Chávez), animado por una célula fotoeléctrica,
guardando una memoria transmisible digitalmente, preservaba el “voto físico”
del votante, el cual, una vez “rayado” por el elector, él mismo lo pasaba por
la máquina y veía como el sistema lo bajaba a una urna, lo cual permitía su
verificación “real” con actas que no podían desconocerse. En mi opinión, un
sistema parecido al de INDRA, menos dependiente de una alta tecnología
imposible de abordar por el ciudadano común, debería sustituir al
desprestigiado método actual. Por otra parte, si son los Partidos Políticos y
las Organizaciones afines a ellos, quienes, como operadores, se interesan más
legítimamente por la organización de los procesos electorales, como única vía
posible, en democracia, para alcanzar el Poder, deberían ser “ellos” quienes
integren, directamente, el CNE y se evite, abiertamente, el sucio juego actual,
mediante el cual una “sectaria y transitoria” mayoría legislativa, escoge
“cínicamente” a unos presuntos Rectores “independientes”, quienes luego
resultan embozados representantes del Poder vigente. Cuando se pueda, debería
revisarse este aspecto de nuestra legislación.
Pero, por lo pronto, dentro de lo
posible, frente a una concentración de poder, totalitaria, circunscrita a un
grupo gobernante que se dice portador de una filosofía revolucionaria, en el
entendido de que ya la MUD, tras la victoria de la Tarjeta Única, decidió
participar en los próximos comicios parlamentarios, hay algunas tareas que me
parecen indispensables y urgentes acometer.
La primera de ellas,
fundamentalmente, sería crear el clima de opinión, nacional e internacional,
que haga posible la auditoría total de REP, con participación activa de la OEA
y de la UE, por ejemplo. Todo inscrito en este registro, debe poseer Cédula de
Identidad “confirmable” y en los archivos correspondientes, esa cédula debe
estar respaldada por un acta de nacimiento y por una huella digital precisas.
Su lugar de residencia y su fe de vida deben estar al alcance de los auditores.
Esta acción preventiva y disuasiva se puede lograr, si la MUD se convence de su
conveniencia y se decide a realizarla. Somos muchos los que podemos ayudar a
conseguir este primer avance contra el fraude.
En segundo lugar, presionar para
lograr la conformación de una “comisión de vigilancia propagandística”, la cual
determine, para su aprobación por el CNE, las pautas que debe regir a la
“campaña electoral”, incluyendo las sanciones que deberían aplicarse a quienes
irrespeten esas normas, precisando la responsabilidad al respecto de los
representantes de los Poderes Públicos.
Tercer aspecto sería la integración en
la MUD de un verdadero equipo de técnicos, seleccionado entre los profesionales
que ha venido utilizando la “oposición”, tanto como entre los muchos, que, aun
teniendo sus credenciales, han estado sistemáticamente objetando el proceso,
precisamente desde un ángulo estrictamente profesional. Este equipo debe ser
acreditado, formalmente, ante el CNE y debe revisar la fundamentación técnica
de todas las peculiaridades del sistema.
Cuarto tema sería el correspondiente
a la organización del “ejército” de testigos y vigilantes de la MUD, para
garantizar la transparencia del proceso y procurar la anulación del fraude.
Estoy convencido de que la mayoría de los venezolanos está enfrentada al actual
régimen, incluyendo una alta porción de “chavistas” arrepentidos y que si se
les motiva suficientemente, terminarán participando en el proceso y votando por
el cambio. Igualmente, estoy convencido de que en todas o en casi todas las
elecciones ocurridas desde la instalación del sistema SMARMATIC, el régimen perdió
o pudo haber perdido esas elecciones, si se hubiese logrado la participación
popular y la transparencia que ahora sí podremos lograr. Ya estamos hablando
del día de las elecciones. Si se pudiera eliminar las capta-huellas, se habría
alcanzado un nivel extraordinario de transparencia, ajeno a la coacción que
constituye la suposición del elector de que su huella será seguida y se romperá
el secreto de su voto, “descubriéndolo” ante los espías del régimen y
colocándolo en la lista de los “enemigos de la revolución”. Aceptemos que es
difícil lograr esta pequeña victoria, pero debemos hacer énfasis en que el
propio CNE ha reconocido la ausencia de más de Un Millón y Medio de huellas de
los electores inscritos. ¿Tiene o no tiene esta circunstancia, valor suficiente
para eliminar las coactivas capta-huellas? Viene luego un paso adicional, como
es la llamada “estación de verificación de entrada”, nuevo instrumento de
coacción, el cual no cumple ninguna función legal (ni moral) justificable. Creo
que hay que pedir firmemente su eliminación, aun cuando sea por razones de
simplificación burocrática. Otra cosa que podemos lograr y que es posible, es
conocer con anticipación y “penetrar” a los integrantes designados por el CNE
como “funcionarios” –Coordinadores de Centros, operadores de máquinas,
etc.-- y “vigilarlos” hasta el día
electoral. Otro aspecto importante es el que se debe ser muy prudente, muy hábil en la selección de los testigos,
miembros de mesa y ciudadanos que participarían en los actos públicos de
“verificación”, que son las llamadas auditorías obligatorias de resultados por
mesa de votación. Ese “ejército” actuará por muy poco tiempo, pero sus
integrantes tienen que estar muy bien preparados y responder a llamados
“místicos”, de lealtad política, muy comprobable en todo momento, bien porque
sean militantes activos de un Partido de oposición y se pueda calibrar su
trayectoria, o bien porque sea de un grupo o familia sobre el o de la cual no
haya dudas de su lealtad a la causa democrática o bien porque posean los
méritos profesionales requeridos para su función. Tenemos que estar claros en
que debemos hacer todo lo que sea necesario hacer, para lograr que el 100% de
las mesas de votación sean auditadas o verificados sus resultados, según lo
establecido en el Art. 441 del Reglamento de la LOPRE. En el peor de los casos,
de no poderse auditar el 100% de las mesas, en los Centros de Votación de más
de dos mesas, el sorteo de las “verificables” (54%) debe hacerse solo después que cada una
de las máquinas haya suministrado “el chorizo” con lo acontecido en cada
máquina, verificable con las papeletas o comprobantes depositados por los
electores en las urnas respectivas y SOLO DESPUÉS DE TENER COPIA DEL “CHORIZO”
EN NUESTRAS MANOS, hacer el sorteo de las mesas a auditar y proceder a la transmisión
de los datos o actas al CNE. Esta precaución, llamada “malicia andina”, fue la
que dio sorprendentes resultados positivos en el Táchira, una importantísima
excepción frente a todo lo ocurrido en el resto del país.
Finalmente, hago hincapié en la
declaración de reconocimiento de resultados y para no remitirnos a lo
acontecido con nuestro Candidato Presidencial en el 2013, traigo a colación lo
declarado por el propio Presidente Nicolás Maduro, en recientes expresiones
públicas, acerca de que “si gana la oposición, me tiraré a la calle con el
pueblo, para defender la Revolución”. Nosotros tenemos que defender la
Democracia y convencernos de que la única forma de que el régimen o el PSUV
pueda ganar esas elecciones, sería cometiendo un gran fraude o con una representación
“apendejeada” de la MUD, que deje hacer todo lo que quieran a los “enchufados”,
pagados por el gobierno. Entonces, sí, si no tomamos la calle y gritamos
¡fraude!, como hizo Alejandro Toledo en el Perú, habremos perdido,
merecidamente, por incompetentes y cobardes, a nuestro propio país.
Rafael
Grooscors Caballero