Wednesday, 14 October 2015

Observaciones al sistema electoral. ( Rafael Grooscors Caballero)

A propósito de la propuesta oficial para la firma de un Acta (anticipada) de "Aceptación de los Resultados" con respecto a las elecciones parlamentarias del 6-D, les anexo texto de Memorándum que pasé a importante persona relacionada con la MUD, hace cuatro meses, el 26 de Junio del 2015. Les agradezco su lectura, el análisis de su contenido y sus comentarios. Atentamente, Rafael Grooscors Caballero.



MEMORANDUM
Para:      Los venezolanos.
Asunto: Observaciones al sistema electoral.
De:        Rafael Grooscors Caballero
Fecha:   26 de Junio de 2015

              Siempre es bueno tener en cuenta que el actual sistema electoral, “super automatizado”, fue impuesto (es la palabra correcta) a su conveniencia, por el régimen chavista, entre finales del 2003 y principios del 2004, para garantizarse suficientemente el pleno control de los procesos electorales, con miras al inmediato Referéndum que se celebró el 15 de Agosto del 2004. A tales efectos se creó la empresa SMARMATIC, la cual adquirió el uso de la patente respectiva de la empresa italiana OLIVETTI, productora de máquinas electrónicas originalmente utilizadas por las loterías nacionales de Italia y Alemania, adaptadas para su empleo como procesadoras electorales. SMARMATIC fue contratada por el CNE, en sustitución de la empresa española INDRA (la cual había sido escogida según amplio y transparente proceso licitatorio en 1998, por el CNE presidido por el Dr. Rafael Parra Pérez) sin que para esta sustitución operara ningún acto de selección que lo justificara.
              Al mismo tiempo, se “reorganizó” el REP (Registro Electoral Permanente) evidentemente para “prepararlo” a fin de que respondiera a los propósitos de la nueva causa gobernante, dejando como muestra importante, según se desprende de los datos aportados por la propia página del CNE, la señal de que entre septiembre del 2003 y mayo del 2004, se habían  inscrito DOS MILLONES CUATROCIENTOS MIL nuevos electores, rompiendo todos los récords de registro electoral dados en el mundo entero, a tenor de su relación con la población general del país. (Para el momento, Venezuela contaba, según el INE, con 24 millones de habitantes y el REP llegaba a un poco más de 12 millones de inscritos; es decir, en nueve meses “aparecieron” para el Referéndum, un 10% de su población, vale decir personas que para esa fecha habían ya cumplido la edad para participar electoralmente o quienes hasta la misma se habían desentendido del compromiso electoral y se sintieron “obligados” a hacerlo).
             Adicionalmente, el TSJ sentenció una interpretación “casuística” de la norma constitucional referida a los “Referendos Revocatorios”,  para transformar el del Agosto del 2004, en un Plebiscito, a manera de anular la posibilidad de que un solo voto más allá de la cantidad de los que habían sido favorables a la elección del “revocable” cuatro años antes, haría que se considerada revocado su mandato. SMARMATIC y el nuevo REP, lograron el desconocimiento de la voluntad del pueblo: ¡Chávez “ganó” el Referendo!
              Dentro de este mismo orden, con igual intención, surgió la curiosa decisión de considerar “planas” (no originales, ni confiables) las firmas de casi MEDIO MILLÓN de los solicitantes del revocatorio, aduciendo razones superficiales, incontrastables. Es decir, el organismo electoral oficial ignoró la opinión de un sector evidentemente importante de la masa de votantes, revelando en tal acto su inclinación a favorecer la “alternativa” de ratificar en su mandato al revocable, a la vez que le daba mayor utilidad a la calificación plebiscitaria que formuló el TSJ con respecto al referéndum.
               Me parece que es necesario tomar en cuenta todas estas cosas, a la hora de concebir estrategias electorales que deberán resolverse en un espacio administrado por un CNE excesivamente parcializado.
               Ahora bien, antes que nada, debe solicitarse, tal cual lo ordena la Constitución y las Leyes relativas a la cuestión electoral, una nueva, pero lo más amplia posible, auditoría del Registro Electoral. En los documentos anexos se llama la atención sobre el hecho de que en un determinado período se estableció que mientras la población general del país había crecido en un 14%, el REP, según el CNE, había superado la cifra del 58% de crecimiento, algo evidentemente imposible de entender. Como ratificando esta observación, en sus palabras extraídas de su última rueda de prensa, en la cual anunció la fecha de las elecciones parlamentarias, la Presidente del CNE (Tibisay Lucena) “reveló”, como para demostrar el respeto y la acogida que la opinión venezolana tiene de su instancia electoral, que de los meses de febrero a mayo (cuatro meses) “ya” se había inscrito una cantidad mayor a los 500.000 nuevos votantes, lo que hace suponer que para el próximo diciembre, la cifra de electores estaría próxima a los 22 Millones de venezolanos, o sea que el 73% de nosotros estaría “disponible” para participar en el proceso. ¿Hay alguna Nación en el mundo que pueda mostrar estadísticas similares? Por lo menos hasta el 2000, la relación entre población general e inscritos para votar, se mantenía en un 50%. En ese sentido, nuestro REP debería estar en torno a los 15 Millones de inscritos. La diferencia de cifras es abismal. La auditoría es indispensable, al 100% de los inscritos, incluyendo el dato relativo al domicilio del elector, el cual, por cierto, ha sido un dato sistemáticamente preservado para sí, para el Consejo, aduciendo “su obligación” de resguardar la privacidad de los votantes, a pesar, incluso, de que este dato  es de indispensable conocimiento para quienes auditan, por cuanto corresponde al cabal señalamiento del lugar o de la mesa donde le tocará ejercer su derecho al sufragio a cada uno de los electores.
          Hay muchas cosas importantes que deberían corregirse con respecto a la actual estructura de nuestro sistema electoral, comenzando por la misma conformación de la directiva del tribunal, los Rectores. Las modificaciones que se hicieron a la Ley en 1997, por parte del Congreso Nacional de entonces, inclinadas a lograr un mayor nivel ético y de transparencia en la conducta de las  autoridades del Consejo Supremo, no han logrado sino, en todo caso, instaurar un modelo mucho más perjudicial para la expresión legítima de la soberanía popular. Más que “el acta-mata-votos”, la manipulación posible del sistema “automatizado” (el touch-screen informático, escogido y ofrecido por SMARMATIC) pero operado por quienes manejan el sistema, ha hecho mucho menos confiables, respetables, los resultados del proceso. El método semi-automático provisto por INDRA, la empresa que se seleccionó, mediante licitación pública internacional, para 1998 (método que garantizó en un 100% la victoria de Hugo Chávez), animado por una célula fotoeléctrica, guardando una memoria transmisible digitalmente, preservaba el “voto físico” del votante, el cual, una vez “rayado” por el elector, él mismo lo pasaba por la máquina y veía como el sistema lo bajaba a una urna, lo cual permitía su verificación “real” con actas que no podían desconocerse. En mi opinión, un sistema parecido al de INDRA, menos dependiente de una alta tecnología imposible de abordar por el ciudadano común, debería sustituir al desprestigiado método actual. Por otra parte, si son los Partidos Políticos y las Organizaciones afines a ellos, quienes, como operadores, se interesan más legítimamente por la organización de los procesos electorales, como única vía posible, en democracia, para alcanzar el Poder, deberían ser “ellos” quienes integren, directamente, el CNE y se evite, abiertamente, el sucio juego actual, mediante el cual una “sectaria y transitoria” mayoría legislativa, escoge “cínicamente” a unos presuntos Rectores “independientes”, quienes luego resultan embozados representantes del Poder vigente. Cuando se pueda, debería revisarse este aspecto de nuestra legislación.
          Pero, por lo pronto, dentro de lo posible, frente a una concentración de poder, totalitaria, circunscrita a un grupo gobernante que se dice portador de una filosofía revolucionaria, en el entendido de que ya la MUD, tras la victoria de la Tarjeta Única, decidió participar en los próximos comicios parlamentarios, hay algunas tareas que me parecen indispensables y urgentes acometer.
          La primera de ellas, fundamentalmente, sería crear el clima de opinión, nacional e internacional, que haga posible la auditoría total de REP, con participación activa de la OEA y de la UE, por ejemplo. Todo inscrito en este registro, debe poseer Cédula de Identidad “confirmable” y en los archivos correspondientes, esa cédula debe estar respaldada por un acta de nacimiento y por una huella digital precisas. Su lugar de residencia y su fe de vida deben estar al alcance de los auditores. Esta acción preventiva y disuasiva se puede lograr, si la MUD se convence de su conveniencia y se decide a realizarla. Somos muchos los que podemos ayudar a conseguir este primer avance contra el fraude.
          En segundo lugar, presionar para lograr la conformación de una “comisión de vigilancia propagandística”, la cual determine, para su aprobación por el CNE, las pautas que debe regir a la “campaña electoral”, incluyendo las sanciones que deberían aplicarse a quienes irrespeten esas normas, precisando la responsabilidad al respecto de los representantes de los Poderes Públicos.
          Tercer aspecto sería la integración en la MUD de un verdadero equipo de técnicos, seleccionado entre los profesionales que ha venido utilizando la “oposición”, tanto como entre los muchos, que, aun teniendo sus credenciales, han estado sistemáticamente objetando el proceso, precisamente desde un ángulo estrictamente profesional. Este equipo debe ser acreditado, formalmente, ante el CNE y debe revisar la fundamentación técnica de todas las peculiaridades del sistema.
          Cuarto tema sería el correspondiente a la organización del “ejército” de testigos y vigilantes de la MUD, para garantizar la transparencia del proceso y procurar la anulación del fraude. Estoy convencido de que la mayoría de los venezolanos está enfrentada al actual régimen, incluyendo una alta porción de “chavistas” arrepentidos y que si se les motiva suficientemente, terminarán participando en el proceso y votando por el cambio. Igualmente, estoy convencido de que en todas o en casi todas las elecciones ocurridas desde la instalación del sistema SMARMATIC, el régimen perdió o pudo haber perdido esas elecciones, si se hubiese logrado la participación popular y la transparencia que ahora sí podremos lograr. Ya estamos hablando del día de las elecciones. Si se pudiera eliminar las capta-huellas, se habría alcanzado un nivel extraordinario de transparencia, ajeno a la coacción que constituye la suposición del elector de que su huella será seguida y se romperá el secreto de su voto, “descubriéndolo” ante los espías del régimen y colocándolo en la lista de los “enemigos de la revolución”. Aceptemos que es difícil lograr esta pequeña victoria, pero debemos hacer énfasis en que el propio CNE ha reconocido la ausencia de más de Un Millón y Medio de huellas de los electores inscritos. ¿Tiene o no tiene esta circunstancia, valor suficiente para eliminar las coactivas capta-huellas? Viene luego un paso adicional, como es la llamada “estación de verificación de entrada”, nuevo instrumento de coacción, el cual no cumple ninguna función legal (ni moral) justificable. Creo que hay que pedir firmemente su eliminación, aun cuando sea por razones de simplificación burocrática. Otra cosa que podemos lograr y que es posible, es conocer con anticipación y “penetrar” a los integrantes designados por el CNE como “funcionarios” –Coordinadores de Centros, operadores de máquinas, etc.--  y “vigilarlos” hasta el día electoral. Otro aspecto importante es el que se debe ser muy prudente, muy  hábil en la selección de los testigos, miembros de mesa y ciudadanos que participarían en los actos públicos de “verificación”, que son las llamadas auditorías obligatorias de resultados por mesa de votación. Ese “ejército” actuará por muy poco tiempo, pero sus integrantes tienen que estar muy bien preparados y responder a llamados “místicos”, de lealtad política, muy comprobable en todo momento, bien porque sean militantes activos de un Partido de oposición y se pueda calibrar su trayectoria, o bien porque sea de un grupo o familia sobre el o de la cual no haya dudas de su lealtad a la causa democrática o bien porque posean los méritos profesionales requeridos para su función. Tenemos que estar claros en que debemos hacer todo lo que sea necesario hacer, para lograr que el 100% de las mesas de votación sean auditadas o verificados sus resultados, según lo establecido en el Art. 441 del Reglamento de la LOPRE. En el peor de los casos, de no poderse auditar el 100% de las mesas, en los Centros de Votación de más de dos mesas, el sorteo de las “verificables”  (54%) debe hacerse solo después que cada una de las máquinas haya suministrado “el chorizo” con lo acontecido en cada máquina, verificable con las papeletas o comprobantes depositados por los electores en las urnas respectivas y SOLO DESPUÉS DE TENER COPIA DEL “CHORIZO” EN NUESTRAS MANOS, hacer el sorteo de las mesas a auditar y proceder a la transmisión de los datos o actas al CNE. Esta precaución, llamada “malicia andina”, fue la que dio sorprendentes resultados positivos en el Táchira, una importantísima excepción frente a todo lo ocurrido en el resto del país.
          Finalmente, hago hincapié en la declaración de reconocimiento de resultados y para no remitirnos a lo acontecido con nuestro Candidato Presidencial en el 2013, traigo a colación lo declarado por el propio Presidente Nicolás Maduro, en recientes expresiones públicas, acerca de que “si gana la oposición, me tiraré a la calle con el pueblo, para defender la Revolución”. Nosotros tenemos que defender la Democracia y convencernos de que la única forma de que el régimen o el PSUV pueda ganar esas elecciones, sería cometiendo un gran fraude o con una representación “apendejeada” de la MUD, que deje hacer todo lo que quieran a los “enchufados”, pagados por el gobierno. Entonces, sí, si no tomamos la calle y gritamos ¡fraude!, como hizo Alejandro Toledo en el Perú, habremos perdido, merecidamente, por incompetentes y cobardes, a nuestro propio país.


Rafael Grooscors Caballero

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