En vista de la situación crítica y decadente que presenta la gestión de PDVSA en el 2016, consideramos que la misma debe ser ampliamente conocida por todos los venezolanos, ya que la administración y el manejo de la industria petrolera nacional impactan sustancialmente en el presente y futuro de Venezuela, es decir en todos nosotros y en las nuevas generaciones.
Esta es otra de las situaciones indignantes que justifican la protesta cívica y democrática de los ciudadanos organizados, en forma permanente, pacífica y contundente.
Les recomiendo su lectura y divulgación.
PDVSA
UNA GESTIÓN EN 2016 PELIGROSAMENTE DECADENTE
La Asociación Civil Gente del Petróleo y el Sindicato Unapetrol manifiestan públicamente su preocupación por la deplorable gestión de Pdvsa durante el año 2016 y se preguntan ¿Es que acaso la meta del régimen es acabar con la que fuera la segunda empresa petrolera del mundo? Hacemos este llamado de atención porque como venezolanos y conocedores de la Industria Petrolera Nacional, consideramos nuestro deber alertar, una vez más, a las autoridades, al liderazgo del país y a los ciudadanos sobre una situación que cada día se agudiza y es más grave.
El genocidio laboral cometido en 2002-2003, más de 20 mil trabajadores despedidos, cercenó la capacidad estratégica y operativa de la empresa. En el 2001 la empresa tenía 69.284 trabajadores (40.955 propios y 28.239 contratados) y para el 2015 Pdvsa reporta un total de 166.337 trabajadores. Si a esto sumamos la falta de visión de negocio, de mantenimiento y de inversión no debe extrañar se haya convertido a Pdvsa en la “Cenicienta” de las empresas petroleras a nivel mundial, luego de ocupar los primeros lugares entre las mejores. Ahora ni siquiera aparece en el ranking.
La situación de Pdvsa se patentiza en las cifras de producción, los yacimientos dañados, el incremento sustancial de pozos inactivos, el aumento en los pasivos ambientales por derramamiento de crudo y quema de gas, refinerías sin mantenimiento con plantas paradas, pérdida de mercados, alto índice de accidentalidad, deuda, compromisos que se adquieren sin pasar por la Asamblea Nacional, venta y uso de activos como garantías de deuda, como es el caso de Citgo, la falta de transparencia en su gestión que se refleja en la prensa internacional donde las denuncias de cobro de sobornos, uso de bienes públicos por parte de la alta gerencia y sus familiares, además de cuentas millonarias en bancos en el exterior que no pueden justificar, entre muchas otras cosas, que sumadas todas, muestran un lamentable panorama de la Pdvsa que era orgullo de los venezolanos.
La producción de crudo en caída libre, de 2.791.000 de barriles diarios en el año 2001, pasamos a decadentes 2.097.000 en octubre de 2016. Retrocedimos a los niveles de 1988. Mientras nuestra producción desciende “a paso de vencedores” la producción total de la Opep aumentó a 33.647.000 b/d en octubre de 2016. Informes oficiales (PODE 2013) indicaban la preocupante cifra de 18.069 pozos inactivos y desde entonces no se han vuelto a publicar datos sobre el particular. El mal manejo de la mayoría de los yacimientos ha ocasionado daños, en gran parte irreversibles. Los casos más emblemáticos son los de El Furrial en el Norte de Monagas y muchos yacimientos del lago de Maracaibo. Además, han disminuido las actividades de exploración, de perforación, reacondicionamiento y reparación de pozos; paralelamente se ha deteriorado la infraestructura de producción. Todos estos aspectos han conducido a la pérdida de producción, así como dificultar la recuperación de la industria.
Por ello no es casual sino causal, la paulatina disminución de producción en los últimos años, así como el alejamiento de la meta ofrecida en el Plan “Siembra petrolera” de llegar a 5.800.000 barriles diarios, sueño irrealizable mientras continúe el fallido esquema gerencial de la actual administración.
La producción de crudos livianos de Pdvsa era suficiente para alimentar las refinerías y mezclar con los crudos pesados para mejorar su calidad y exportarlos al mercado internacional. Hoy en día importamos crudos livianos para refinar y mezclar.
La prioridad de Pdvsa debería ser explorar y producir en áreas tradicionales y no en la Faja Petrolífera del Orinoco, donde las cifras de producción de crudos pesados no están muy claras y para producirlos han tenido que importar crudos livianos para la mezcla. A los cuatro mejoradores en Jose, construidos por la Pdvsa meritocrática, se les hace un mantenimiento inadecuado. Las montañas de coque y de azufre en el Complejo José Antonio Anzoátegui, mejor conocido como Complejo de Jose, muestran una contaminación ambiental sin precedentes.
Por otra parte Pdvsa tiene un parque refinador con una capacidad instalada para procesar 1.300.000 barriles de crudo y transformarlos en combustibles y otros productos de alta calidad. Pero lamentablemente las refinerías están unas a la mitad de su capacidad como el Complejo Refinador de Paraguaná en Falcón (Cardón y Amuay) y la Refinería de Puerto La Cruz en Anzoátegui, y otra completamente parada, la Refinería El Palito, en Carabobo.
La Planta Catalítica de Cardón apenas produce 65 mil barriles por día de gasolina. La Refinería El Palito tiene 8 meses sin producir gasolina ni gasoil y la de Puerto La Cruz procesa apenas 25 mil barriles de gasolina y 80 mil de gasoil porque tiene a la Planta Catalítica sin funcionar.
Como vemos, nuestras refinerías han desmejorado su rentabilidad por un incremento significativo de plantas paradas, principalmente por la falta de mantenimiento, lo que ha traído como consecuencia: importación de combustibles, pérdida de mercado de productos refinados e incremento de la accidentalidad en su máxima expresión, ocasionando daños en las instalaciones, las comunidades y el ambiente.
Resulta importante hablar de seguridad industrial, porque desde el 2003 al 2016 el número de incidentes y accidentes que se han producido en las instalaciones de Pdvsa, durante este período, resulta alarmante. 123 incidentes y 380 accidentes entre explosiones, incendios, derrames petroleros, y contingencias operacionales, con la lamentable cifra de 164 fallecidos y 611 lesionados. Estos números se obtienen de los eventos públicos y notorios que aparecen en los medios de comunicación, porque no se tienen resultados oficiales de la accidentalidad en Pdvsa.
Los venezolanos no podemos ver con indiferencia el descalabro de la que en otrora fue la principal industria de petróleo y gas de Venezuela, que debe ser promotora del desarrollo del país. La Asamblea Nacional y en general todos los venezolanos debemos exigir rendición de cuentas a los responsables políticos y gerenciales de esta situación y evitar la destrucción y pérdida total de Pdvsa, demandando una rectificación y cambio de rumbo inmediato. Gente del Petróleo y Unapetrol de manera responsable denuncian ante el país la cada vez más comprometida y politizada gestión de Pdvsa, reflejada en los resultados de los últimos años, lo que unido a un país al que se le ha conducido a una crisis económica, política y social sin precedentes en la historia de Venezuela, dirige la empresa al colapso y compromete sus activos a intereses particulares y extranjeros.
03 de enero de 2017
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